El sexo puede ir más allá de los momentos en pareja y pasar a un plano más íntimo y personal, en soledad. Sin embargo, los estereotipos en torno a la sexualidad, la masturbación o el placer en general, siempre han estado muy ligados a cuestiones religiosas, morales o culturales e, históricamente, han sido un gran tabú en la sociedad que ha afectado más a mujeres que a hombres.
En las últimas décadas, son muchos los factores que están provocando una revolución femenina en estos términos, de tal manera que cada vez hay más mujeres conscientes de su cuerpo, de sus necesidades sexuales y dueñas de su placer, lo que ha provocado que se hable más abiertamente del sexo y de la masturbación.
De hecho, los expertos subrayan en que la masturbación en la mujer tiene muchos beneficios para la salud, alivia dolores, ayuda a conocernos más, a mejorar las relaciones sexuales e incluso a prevenir enfermedades.
El auge de juguetes sexuales también ha posicionado la masturbación femenina en las conversaciones y, aunque todavía existen reticencias y reacciones como la vergüenza, el miedo y la culpa, se están derribando poco a poco estos tabúes y se habla cada vez con menos pudor de los orgasmos de las mujeres.
Qué es la masturbación femenina
Cuando hablamos de masturbación femenina nos referimos a explorar el cuerpo tocando, frotando, masajeando o haciendo presión en la zona genital u otras zonas erógenas de la mujer con los dedos o un objeto. Hay muchas maneras para que las mujeres puedan experimentar placer en solitario y dependerá del grado de satisfacción para elegir una u otra:
- Acariciar el clítoris con los dedos, con movimientos rápidos o lentos, intensos o algo más suaves, que pueden ser de arriba hacia abajo o de un lado a otro, dependiendo de los gustos de cada una.
- Movimiento circular y en forma de U con los dedos en la vulva, continuando por el área de la piel que está por encima de la uretra.
- El mango de la ducha. Mediante esta técnica, solo es necesario regular la intensidad del agua y, después, dirigir el chorro del mango de la ducha hacia el clítoris para su estimulación.
- Sobre un objeto, como una almohada o una toalla enrollada.
- Apretando el clítoris, con los dedos índice y pulgar o el medio y el índice, ajustando la presión en función de los gustos.
- Vibrador. Uno o dos, dependiendo del vibrador, su forma y su tamaño.
Aunque la masturbación femenina sigue siendo un tema tabú en la sociedad, cada vez está más normalizado disfrutar del cuerpo y del placer en soledad. Por lo general, algunas mujeres comienzan en la adolescencia, y la tendencia es que lo hagan con menor frecuencia que los hombres. Sin embargo, la periodicidad no sigue más patrón que los impulsos y deseos de cada persona.
Los expertos coinciden en que la masturbación en la mujer tiene muchos beneficios para la salud, alivia dolores, ayuda a conocernos más, a mejorar las relaciones sexuales e incluso a prevenir enfermedades.
Beneficios físicos de la masturbación femenina
Además del placer propiamente dicho, la masturbación tiene una serie de propiedades valiosas para el organismo:
- Reduce el dolor menstrual. Masturbarse tiene un efecto calmante para los dolores de la regla. Aunque actúa de manera diferente en cada mujer, son muchas las que sí notan alivio de los síntomas en momentos concreto.
- Previene infecciones. Los especialistas señalan que la masturbación ayuda a liberar bacterias acumuladas el cuello uterino, lo que permite prevenir infecciones.
- Fortalece los músculos de la zona pélvica, esenciales para disfrutar más de las relaciones, pero también para evitar problemas como la incontinencia urinaria e incluso para facilitar el parto.
- Mejora la vida sexual, porque con la masturbación el cuerpo se prepara para sentir el placer.
- Ayuda a conocer el cuerpo, lo que nos gusta y lo que no, lo que nos funciona e incluso puede llegar a suponer una terapia para las mujeres que sufren vaginismo (una contracción involuntaria de los músculos vaginales durante el sexo).
Beneficios psicológicos de la masturbación femenina
Las ventajas de la masturbación femenina van más allá del cuerpo, y los expertos han identificado una serie de propiedades psicológicas muy reseñables:
- Provoca bienestar. La masturbación supone un placer que hace que la mujer se sienta bien inmediatamente. Esto se debe a la liberación de sustancias, como la dopamina o la oxitocina, conocidas como hormonas de la felicidad y que influyen positivamente en los estados de ánimo.
- Combate el estrés. Y es que estas mismas hormonas del apartado anterior, además de convocar a la felicidad, provocan al mismo tiempo relajación y, por tanto, un menor estrés.
- Ayuda a dormir mejor. Disfrutar del sexo tiene el poder de liberar tensiones físicas y emocionales, además de ayudar a la relajación. También tiene ese poder el proporcionarse autoplacer que, a la hora de irse a la cama, estimula el sueño.
- Genera confianza. Con la masturbación, se puede conocer más fielmente el cuerpo, las necesidades y preferencias sexuales de cada mujer. El autoconocimiento es clave para sentirnos a gusto con nosotras mismos y, en caso de que se tenga, con la pareja.
- Aporta independencia. Tener orgasmos no tiene por qué estar supeditado a tener pareja. De hecho, tanto si se tiene como si no, cualquiera puede darse placer a una misma cuando le apetezca.
Eliminemos los tabúes sobre la masturbación
Ya sea por cuestiones religiosas, culturales o morales, la sexualidad femenina carga históricamente con un pesado tabú que es mayor si cabe cuando se trata de masturbación. El autoplacer femenino se ha considerado siempre algo mal visto y, en consecuencia, se ha tratado poco tanto en la intimidad como públicamente.
Y, ojo, porque juzgar la sexualidad como algo negativo también ha ido en contra de otras parcelas fundamentales para la mujer, pero tan poco cuidadas como todo lo que tiene que ver con la menstruación o la salud sexual. Parece que la tendencia se va revirtiendo, aunque hasta hace no mucho carecíamos de información útil acerca de cuestiones tan básicas como las revisiones ginecológicas.
Estos estereotipos en torno a la sexualidad, la masturbación o el placer en general han estado muy ligados a cuestiones religiosas o morales, como hemos comentado. Sin embargo, en las últimas décadas se ha reivindicado un papel más activo de la mujer en cuanto a su salud sexual y al sexo, estamos cada vez más informadas y se abordan este tipo de cuestiones desde un punto de vista más natural.
Los movimientos feministas también han apoyado la liberación de la mujer en muchos ámbitos, al igual que la literatura, el cine, la televisión, las redes sociales y demás formas de comunicación. Todo ello ha contribuido a visibilizar estos temas y que cada vez más se hable de ellos.
Además, el auge actual de juguetes sexuales también ha posicionado la masturbación femenina en las conversaciones y, aunque todavía existen reticencias y emociones como la vergüenza, el miedo y la culpa, se están derribando poco a poco estos tabúes y se habla cada vez con menos pudor de los orgasmos de las mujeres.
Al fin y al cabo, autoexplorarnos y conocernos en todos los ámbitos nos llevará a una vida más plena y consciente.
La masturbación femenina consiste en explorar el cuerpo tocando, frotando, masajeando o haciendo presión en la zona genital y otras zonas erógenas de la mujer con los dedos o un objeto. Así, el autoplacer se puede alcanzar de diversas maneras.
Los expertos señalan que, en la mujer, la masturbación tiene diversos beneficios físicos como reducir el dolor menstrual; prevenir infecciones; fortalecer los músculos de la zona pélvica; mejorar la vida sexual; y conocer el cuerpo a través de las autoexploraciones.
Asimismo, se identifican una serie de ventajas psicológicas entre las que se encuentran sentir felicidad al liberarse sustancias como la dopamina y la oxitocina al tiempo que se combate el estrés; ayudar a conciliar mejor el sueño; generar confianza en una misma y aportar independencia.
La sexualidad en general y la masturbación en particular han constituido un tema tabú en la sociedad, especialmente con respecto las mujeres, y esta visión negativa ha perjudicado incluso otros aspectos relacionados con la salud femenina. No obstante, desde hace unas décadas, la mujer ha adquirido un papel más activo en su salud y vida sexuales y cada vez se dispone de más información al respecto.
Los movimientos feministas, la literatura, el cine, la televisión, las redes sociales y demás formas de comunicación han contribuido a visibilizar estos temas y a que cada vez más se hable de ellos en los círculos íntimos de las mujeres. Aunque todavía existe cierto pudor, cada vez más el sexo y la masturbación femenina está en nuestras conversaciones.