Nos adentramos en el cuerpo femenino. Los cambios en el aspecto del flujo vaginal o las molestias como el picor, ardor y enrojecimiento pueden ser sinónimos de infección.
Aprender sobre nuestro cuerpo
No es algo de lo que nos guste hablar tomando café con las amigas el viernes por la tarde, de hecho, forma parte de los innumerables tabúes que se hablan en la consulta del ginecólogo. De puertas adentro. La verdad es que quien habla siempre es el médico, nosotras preferimos asentir a todo, mientras le prometemos que en casa, haremos lo dicho. Observar el cuerpo para evitar cualquier anomalía, infección o bulto que pueda aparecer. Nos cuesta entenderlo pero nos ahorra disgustos para toda la vida. Es importante saber conocer bien nuestro cuerpo para poder identificar cualquier cambio que pueda indicar que tenemos una infección. En el caso de las infecciones vaginales, si observamos cambios en el flujo vaginal o molestias en la zona genital, recomendamos siempre acudir al médico para poder identificar qué es lo que lo está causando y cuál es el tratamiento más adecuado. ¡No lo dejes!
Por suerte, las infecciones las podemos identificar rápidamente con los cambios en el flujo vaginal. El flujo puede ser normalmente de las siguientes características: espeso o elástico, transparente o blanquecino, etc. y sirve para arrastrar células viejas de la mucosa vaginal, manteniendo así limpia la zona genital femenina. Apunta. Tienes que saber que en el momento en el que existe una infección, el flujo cambia de color, de olor y textura. Suele venir acompañado de picor, ardor, enrojecimiento, molestias en las relaciones sexuales o sangrado, o incluso de lesiones en la vulva, por eso hay que estar alerta para no dejar que la infección aumente.
Pero tranquila, en estos casos lo que debes hacer es acudir a tu médico, que mediante una exploración física determinará las causas y las consecuencias y te recomendará el tratamiento más adecuado. En algunos casos es conveniente tratar también a la pareja.
Cómo prevenir las infecciones
Las infecciones vaginales se pueden prevenir. ¿Cómo? Se previenen con una higiene íntima continuada una vez al día, lavándose las manos antes y después de ir al baño, usando ropa interior de algodón y evitando el uso de ropa ajustada. Además, es importante también tomar medidas como el uso del preservativo en las relaciones y acudir periódicamente al ginecólogo. No lo olvides.
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